El mundo parece más que abrumador últimamente. No es de extrañar que el diseño, o la industria del diseño, estén atravesando una crisis existencial cuando el mundo atraviesa varias crisis al mismo tiempo. Pero una crisis parece un momento tan bueno como cualquier otro para cuestionar algunas cosas y empezar de nuevo. Así como la peste negra abrió el camino para un renacimiento cultural y filosófico en Europa, nuestra reciente pandemia puede convertirse en el trampolín para que pensemos en futuros nuevos, diferentes y, con suerte, mejores: tal vez incluso un nuevo renacimiento anclado en América Latina. A medida que nos abrimos camino a través del agotamiento democrático, las máquinas inteligentes y una emergencia climática, parece relevante preguntarse qué puede ofrecer el diseño en respuesta a una perspectiva tan volátil. Claro, el diseño no es la solución a todos los problemas, pero si alguna vez hubo la necesidad de un proceso creativo más adecuado para abordar problemas radicalmente inciertos y complejos, probablemente sea ahora. Entonces, ¿cómo podría ser un Nuevo Renacimiento para América Latina? ¿Y cómo podemos aprovechar el diseño para ayudarnos a hacerlo realidad?
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